Es el estado de darse cuenta de la esencia primordial originaria dentro de sí y en el Universo, incluyendo todas las cosas en su más patente realidad, sin conceptos creados por la mente humana. Este darse cuenta se manifiesta físicamente, expresándose en el individuo, conscientemente, como las “Cualidades Primordiales de la Energía Esencial”: “Volición”, “Cognición” y “Cohesión”, o “Voluntad”, “Sabiduría” y “Amor”, que existen en todas las cosas y dan origen a todo lo creado.